miércoles, 19 de diciembre de 2012

Cuenta atrás.

Ya llevaba unos días dándole vueltas a la situación de la justicia en España. Hace pocos días escuché, que las listas que se están formando para cualquier cosa relacionada con la "balanza, la señora ciega y la espada", (parece el título de un libro de Harry Potter) está acumulando unas colas que ya compiten directamente con las que se forman ante la puerta del INEM, con lo que no pude evitar preguntarme cuando nos llamarían para poder pedir fecha para casarnos.

Ayer, al pasar por delante del juzgado de paz de Montcada i Reixac, tuve un presentimiento y decidí entrar a preguntar sobre el "permiso" para casarnos que solicitamos a principios de septiembre.

Al entrar, ante la indiferencia general de tres funcionarios que mantenían una dura lucha por ver quíen ignoraba durante más tiempo al visitante, me apoyé en el mostrador tamborileando con las uñas y emitiendo resoplidos ocasionales, estilo gorila, con el fin de llamar la atención de alguno de "los tres fantásticos".
Minutos después, supongo que la perdedora de una partida telepática entre los tres funcionarios a "piedra-papel-tijera", al fin se levantó de su mesa con cara de fastidio y se dirigió hacia mí para atenderme. Tras una breve y clara explicación por mi parte, que tuve que repetir dos veces, la funcionaria en cuestión se bamboleó hasta una pila de expedientes sin reclamar, que servía de micro-hábitat para extrañas formas de vida, y buscó el que le solicitaba.

No tardó mucho en volver, con su elefantesco bamboleo, y una carpeta de cartulina color azul en la mano. Con tono parsimonioso, repetitivo y automático, leyó el auto de la fiscalía, seguido de los apellidos de los contrayentes, sin pronunciar correctamente ninguno de los dos, tras lo cual le debimos entregar el DNI para la pertinente identificación. Firmas, dimos gracias y, tras el adios, salimos por la puerta, con el folio que nos daba acceso a la fecha de la boda en la mano, en dirección al mostrador de "la casa de la vila" para pedir la ansiada cita y empezar la cuenta atrás hacia el enlace, referidos por la empleada del juzgado de paz, a la que le había preguntado donde tenía que ir pedir cita con el ayuntamiento.

El recepcionista del edificio municipal apenas si me escuchó al pedir información, con el mismo tono repetitivo que la "mujer-elefante" que nos había atendido unos minutos antes, y con el dedo levantado en dirección al pasillo, nos soltó sin apenas respirar ni levantar la mirada del periódico que tenía ante sí un "Vaya-al-ascensor-segundo-piso-a-la-derecha" y nos consideró despachados y orientados, habiéndose ganado así, supongo, el sueldo por ese día.

No me sorprendió en absoluto ver salir a la "mujer-elefante" de una puerta blanca, tosiendo como si fuera gratis, y alejarse por el pasillo hasta la sala de espera que se extendía ante el ascensor del que habíamos salido hacía unos momentos, ya que, al seguir la indicaciones de la señora y del "conserje-lector" habíamos vuelto al punto de partida en el juzgado de paz, pero por la ruta interior. Esperamos a que recuperara el aliento y me dirigí a ella, que tras mirarme como si fuera portador del virus del évola, nos envió a otro edificio en la otra esquina del pueblo, cosa que debío hacer la primera vez, aunque en aquella ocasión debía tener tantas ganas de volver a su mesa, que ni oyó lo que le preguntaba.

De camino, con un sol-de-justicia-en-diciembre que cualquiera diría que estamos empezando el invierno, no podía evitar preguntarme si el anunciado "fin del mundo de los mayas" llegaría en un par de días, porque si fuera así, ¡que desperdicio de tiempo y energía estábamos comentiendo!. En lugar de aprovechar las últimas horas sobre este mundo y divertirnos, pasear, disfrutar de nuestro primer día de "la cuenta atrás" hacia nuestro enlace, estábamos aguantando conserjes y funcionarios que les preguntabas sobre "a" y te enviaban a "z", por el simple echo de no escuchar lo que se les pregunta.

Al fin llegamos al ayuntamiento, donde pude comprobar que mi teoria "conspiranoica" es cierta: Siempre es "al final del pasillo, segunda planta y a la derecha", sea lo que sea lo que preguntes, aunque , en esta ocasión, la información que nos dieron en la puerta del consistorio era cierta y allí se ubicaba la mesa en la que debíamos pedir cita. Tras unas cuantas vueltas, y la ejecución mental del esquema de esta entrada de "los ojos del gato", dejamos reservado el día y la hora y nos alejamos triunfales, por la sombra, de camino a casa.

Empieza, por tanto, la cuenta atrás oficial de poco más de cien días, si no se termina el mundo antes, que será una orgía de gastos, nervios, situaciones límite y carreras continuas, de cómicos y desternillantes líos enrevesados, dignos del guión de un esquizofrénico, de aventuras, peligrosas carreras y explosiones. La lástima es que no vivamos en Nueva York, así que al ser de "cine español" los efectos serán cutres, me rodearan siniestros o casposos personajes y habrá que llenar la cinta de tetas y tensión sexual para que tenga cierta aceptación en taquilla. Supongo que lo de las tetas les gustará a muchos de los invitados, todos ellos hombres.

De hoy en adelante, me ofrezco a cualquier canal de televisión o productora para televisar mi vida en directo, o hacer un "reality" que cuente como terminar de organizar una boda en poco más de tres meses.

Vista la programación que triunfa hoy día... creo que sería un exitazo, y la boda se pagaría sola. 

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